UNA LUZ EN UNA NOCHE OSCURA PARA EL CAMINANTE

En el camino de la vida se encuentran muchas encrucijadas, muchos problemas, días tristes, también alegres. La vida, a veces, nos zarandea de una forma brutal y el hombre en su impotencia se siente humillado, desorientado, siente miedo, a pesar de los avances de la ciencia y de la técnica.  Esta es la historia de la humanidad.

En esta situación de oscuridad y  miedo,  dado que el hombre es libre, se le ofrece una luz en el camino, que el mismo hombre tiene a su alcance: su conciencia, la contemplación de este mundo maravilloso, que se presenta ante sus ojos. Puede tomar el camino de la búsqueda del Creador.

La ciencia moderna llega a afirmar que el primer átomo  y todos los átomos fueron creados  por un ser inteligente, poderoso, eterno.

La ciencia moderna del siglo XX nos exige aceptar, como dice el astrofísico P. Manuel Carreira un comienzo antes del cual «no hubo antes», no existía la materia, por lo tanto tampoco el espacio, ni el tiempo.

¿Cuándo se creó la materia? Según los científicos hace 13.700 millones de años aproximadamente.  Pero esa materia inicial está dotada de unas propiedades extremadamente bien ajustadas (en algunos casos hasta de 50 decimales). Se expande vertiginosamente esta materia primitiva en un  primer día cósmico en que la luz del BIG BANG sigue la oscuridad de un cielo, sin  estrellas,  durante millones de años.

El universo comenzó en un estado de altísima densidad y temperatura. Y sus condiciones iniciales, con los parámetros de partículas y fuerzas, imponen una evolución hasta el presente, desde aquel caos primordial hasta la estructura majestuosa del universo, que hoy se estudia con los instrumentos más sofisticados.

La ciencia estudia la materia, sus propiedades, y llegó a unos avances extraordinarios, que proporcionan muchos beneficios a la humanidad.

La verdad que nos enseña la Biblia respecto del origen del  universo es que Dios es el creador de todo lo que existe, de todo lo visible (materia)  y de todo lo invisible (espíritu), lo demás es ropaje literario, para expresar algo inexplicable. De ahí que la Biblia utilice símbolos, imágenes, las diversas formas de dicción. El objeto de la Biblia es iluminar nuestro camino hacia la eternidad, la salvación. La Biblia no enseña ciencia humana, enseña el camino hacia Dios, donde está nuestra casa, la casa del Padre, donde seremos felices por toda la eternidad.

No se sabe exactamente, ni cuando comenzó la vida, tampoco dónde comenzó, tampoco cómo comenzó, la Biblia no lo dice,   pertenece a la ciencia, que tampoco lo dice, porque no lo sabe.  

La Biblia nos dice que Dios entrega el mundo al hombre, dotado de inteligencia, para que el hombre lo utilice y se lo devuelva a Dios mejorado. El hombre no tiene el mundo en propiedad, el dueño es Dios que en su generosidad crea el mundo para el hombre.

El hombre siente la necesidad de contestar a la eterna pregunta ¿De dónde procedo? ¿Para qué estoy en la vida? ¿Qué sentido tiene la vida?.

  • Fe humana.

  • Fe divina.

  • Necesidad de la fe.

  • ¿Es necesaria la fe para la  vida en el orden natural?

  • ¿Es necesaria la fe divina o sobrenatural para la salvación?

  • ¿Tenemos motivos para creer? ¿Si no entiendo esa verdad, cuál es la razón para creerla?

  • ¿Todas las verdades de fe sobrenatural o divina son ciertas y seguras?

FE HUMANA

Creemos en lo que nos enseña la ciencia, aunque no lo comprendamos. Creemos a nuestros padres cuando nos dicen dónde hemos nacido. También creemos a los amigos, a los profesores. El crecimiento de nuestro conocimiento natural se fundamenta en lo que otras personas han descubierto y nos lo transmiten por medio de la tradición, bien sea oral o escrita y así desde la más tierna infancia vamos a la guardería, al cole y allí nos van enseñando las cosas más necesarias para la vida.

Como el profesor es fiable aceptamos como  verdad lo que nos enseña. Podemos afirmar que  vivimos, no de lo que adquirimos por nuestro propio esfuerzo, sino de la aportación  que otros han transmitido y así nos encontramos cómo influye la cultura en nuestra vida, las modas, el ambiente, los amigos, la televisión, todo ello va forjando nuestra personalidad y manera de concebir la vida.

No tiene el mismo concepto de la vida el que tiene  fe en Dios, que el que no la tiene, su proceder será distinto.

FE DIVINA

Hay dos actores, Dios y el hombre. Dios desea ardientemente nuestra salvación, por eso nos regala la fe. Pero el hombre es libre y puede rechazarla, bien sea con la mente, bien sea con el corazón.

Santo Tomás de Aquino nos da la siguiente definición de fe: La firme seguridad de lo que esperamos, la convicción de lo que no vemos.

San Juan de la Cruz presenta la fe como medio de unión con Dios, en la Subida al Monte Carmelo, en el cántico espiritual y llama de amor vivo, en la noche oscura.

Fe y oración van unidas y entrelazadas, ambas se necesitan y complementan, de suerte que la fe lleva a la oración y la oración fortaleza la fe.

La fe es un conocimiento cierto y seguro  de lo que no se ve, verdades reveladas por Dios y una convicción de  lo que esperamos, la salvación, si aceptamos a Dios en nuestra vida, no por nuestros méritos, sino por la generosidad de nuestra Padre.

La fe dado que es conocimiento y vida, igualmente la oración,  comunicación con Dios, no pueden vivir sin crecimiento. Este crecimiento en la fe  y en la oración va a depender de Dios y de nosotros. Este viaje no es fácil, el Concilio Vaticano II lo presenta como una peregrinación (LG 2, 8, 65), pero con la gracia de Dios será un viaje fascinante, aunque duro.

En la medida en que el hombre avanza en este viaje de la fe y de la oración Dios deja de ser idea para convertirse en transparencia y comienza a ser Libertad, Humanidad, Gozo, Amor, y progresivamente en una fuerza invisible y revolucionaria que saca todas las cosas de su sitio y así: donde había violencia pone suavidad; donde había egoísmo, pone amor. Y así Dios termina por transformar al hombre real y físicamente, convirtiéndolo en una persona que atrae y convence a los demás, pone luz allí donde hay oscuridad .

El Papa Francisco en la LUMEN FIDEI dice: Quien no quiera fiarse de Dios se ve obligado a escuchar las voces de tantos ídolos que  gritan: Fíate de mí. La fe en cuanto asociada a la conversión, es lo opuesto a la idolatría; es separación de los ídolos para volver al Dios vivo, mediante un encuentro personal. Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar lo torcido de nuestra historia. La fe consiste en la posibilidad para dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios. He aquí la paradoja: en el continuo volverse al Señor, el hombre encuentra un camino seguro, que lo libera de la dispersión a que le someten los ídolos.

La fe divina cuando se acepta en su plenitud abarca todo el el ser,se hace norma de vida,  se acepta con el entendimiento y la voluntad y toda la vida adquiere sentido en la fe en un Dios que es Padre, que busca el bien de sus hijos, los guía, los protege, les da seguridad.

RENOVACIÓN DE LA IGLESIA

Lo  humano debe renovarse, de lo contrario muere, al no actualizarse.

La Iglesia, fundada por Jesucristo,  como nos dice el Concilio Vaticano II es divina y humana.

Lo divino es herencia de Jesucristo, pertenece a la Revelación.

La parte humana que somos nosotros, los creyentes en Jesucristo, si queremos ser fieles a  Jesucristo debemos configurarnos con Él a lo largo de nuestra vida, creciendo en la vida espiritual.  Todo lo humano tiene estructuras humanas,  normas, que deben estar al servicio del Reino, hay que actualizarlas, la predicación, utilizar las nuevas tecnologías.

ENLACE:

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LA PRESENCIA REAL DE JESÚS EN LA EUCARISTÍA

La presencia real de Jesús en la Eucaristía es una verdad de fe, aceptada por los creyentes con amor y consuelo para los que vamos camino de nuestra casa, que no está aquí, sino en ese mundo misterioso, invisible, donde reside nuestro padre, nuestros antepasados, todos los santos.

Esta verdad de fe, de la presencia real de Jesús en la Eucaristía, está fundamentada, por  ser una verdad revelada por el Salvador, enseñada por San Pablo y los Apóstoles, definfinida en los Concilios y  confesada por la Iglesia, continuadora de la obra de Jesucristo y aunque la Iglesia se fundamenta en la Revelación, el Resucitado quiso confirmar esta verdad con milagros Eucarísticos, para ayudar nuestra fe.

La Eucaristía es la transformación del pan en el cuerpo de Jesucristo y el vino en la sangre de Jesucristo. Esto se realiza en la Santa Misa, en el momento de la consagración, quien transforma el pan en el cuerpo de Jesucristo y el vino en la sangre de Jesucristo es el mismo Jesucristo, Dios y hombre y esto lo hace valiéndose del ministerio sacerdotal. Quien creó los átomos para formar el mundo tiene poder para hacer que el pan se transforme en su cuerpo y el vino en su sangre. Todo esto lo hace para facilitarnos la salvación, porque para eso vino al mundo, salvarnos. Su amor hacia nosotros, aunque no es correspondido por nosotros, es infinito.

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Los milagros Eucarísticos conocidos son muchos:

NUESTRO SEÑOR SE COMPORTA CON NOSOTROS COMO UN PADRE INFINITAMENTE BUENO. NOS QUIERE, NOS AMA, NOS PROTEGE, NOS DEFIENDE Y NO DUDA ENTREGAR SU VIDA POR NOSOTROS,  PARA QUE SEAMOS FELICES ETERNAMENTE. EN EL SAGRARIO NOS ESPERA PARA QUE VAYAMOS A HABLAR  CON ÉL, LE CONTEMOS NUESTRAS NECESIDADES Y AGRADEZCAMOS SU AMOR HACIA NOSOTROS, LE HAGAMOS COMPAÑÍA.  

 

 

LA BIBLIA ES PALABRA DE DIOS

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INTRODUCCIÓN

San Pablo nos dice en 2 Tim.  3,16: Toda Escritura es divinamente inspirada.

 El Concilia Vaticano II en la Dei Verbum 11: “La Iglesia reconoce que todos los libros de la Biblia, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales han sido confiados a la Iglesia” 

El Creador sale al encuentro de los hombre con infinito amor, pero lo hace de modo progresivo, revelándose primero a Moisés, después a los profetas y finalmente por su Hijo y los Apóstoles.

A la Biblia hay que acercarse con fe, veneración y con el deseo de encarnar el mensaje de Dios en nuestra propia vida, lo más importante en nuestra vida es el aspecto espiritual. Nuestro Dios es un Dios cercano, que nos quiere, nos guía y nos protege. Como dice el Papa Francisco, Dios siempre nos está esperando, siempre la iniciativa parte de Dios, porque Él quiere nuestra salvación. En la Biblia tenemos todo  lo que el hombre necesita saber para salvarse. Por lo que tenemos que decir que la Biblia nos enseña el camino que nos lleva a Dios, en donde está la fuente de la felicidad. No es objeto de la Biblia enseñar ciencia, por eso se equivoca aquel que busca en la Biblia ciencia, el autor sagrado recibe el mensaje de Dios y luego lo expresa de la mejor forma posible.

Para transmitirnos la verdad que nos lleva a Dios, se vale de personas, de Moisés, de los profetas, de Jesucristo, de los apóstoles, de la Iglesia, continuadora de la obra de nuestra salvación que generosamente nos concede Jesucristo, fuimos comprados por sus sufrimientos como nos dice San Pablo. Esta salvación se realiza ahora en el tiempo por medio de la Iglesia, continuadora de la obra de Jesucristo.

TODOS LOS LIBROS DE LA SAGRADA ESCRITURA FUERON ESCRITOS BAJO EL INFLUJO Y ASISTENCIA DEL ESPÍRITU SANTO. POR ESO AFIRMAMOS QUE LA BIBLIA ES PALABRA DE DIOS.

En la Revelación interviene Dios y el hombre, Dios habla y el hombre escucha. Dios le manifiesta una verdad para que la exponga, la manifieste a los hombres, con el objeto de que conozcan el plan de Dios. En la transmisión de esa verdad también el hombre tiene un papel importante, tiene que buscar la manera de que los hombres la entiendan, en   lo posible, la acepten con su mente y con su corazón. A estos escritores le llamamos autores sagrados, porque Dios vela para que el hombre no se equivoque en la transmisión de esa verdad. La forma de transmitir esa verdad corresponde al hombre.

Dios habla en la Biblia por medio de los hombres, con un lenguaje humano. Así lo dice la Dei Verbum: “Dios habla en la Escritura por medio de hombre y en lenguaje humano” ((DV, 12). Sólo la palabra humana puede dar cuerpo y forma a la palabra divina. La mediación es un requisito absolutamente necesario para que la palabra de Dios llegue a oídos humanos e influya eficazmente en su vida, con eficacia salvífica. ¿Qué es lo que hace posible esta mediación de la revelación divina? La presencia activa, dinámica del Espíritu de Dios en los mediadores. Esta misma fuerza divina actúa sobre los oyentes o lectores, de modo que la palabra humana, al entrar en los oídos y en el corazón de los hombres, sufra, bajo la acción del Espíritu, el desnudamiento del lenguaje humano y llegue a la intimidad del alma como Palabra de Dios. Ahora se entiende por qué el mensaje de Dios ha sido escrito con la mentalidad y cultura de cada tiempo y de cada lugar. Este lenguaje, de un país y de un tiempo tan antiguo, es lejano a nosotros en un primer momento, y exige una preparación adecuada para poderlo entender aquí y ahora, para nosotros. Por eso, la Iglesia invita a los cristianos a desconfiar de una interpretación individual 10 y a atenerse a la interpretación de la misma Iglesia, a quien ha sido confiada la verdad de la Palabra de Dios 11 .

Hoy la ciencia nos dice que el mundo no es eterno, que empezó en el tiempo, hace 13.700.000.000 de años aproximadamente. Antes de ese tiempo no existía la materia, por lo tanto no existía el tiempo, ni el espacio. La Biiblia nos dice que Dios creó el muncdo, eso es lo importante ¿Cómo lo creó? Desde luego  con su poder infinito, cómo se formó nunca lo podremos saber. Tampoco la ciencia puede explicar el misterio de la materia, del espíritu,  sin la intervención de un Ser sapientísimo. Puede calcular el tiempo aproximado del comienzo de la materia, pero no puede explicar este hecho sin acudir a la creación, que es lo que nos enseña la Biblia. ¿Cómo empezó la vida? Tampoco lo pueden explicar. Llevan 200 años intentando formar una célula y están como el primer día. Para los creyentes el objeto de la Biblia no es enseñar ciencia, su  finalidad es  enseñarnos el camino para salvarnos, la voluntad de Dios, En el Génesis que habla en un lenguaje metafórico nos enseña con claridad algunas verdades, entre ellas que Dios lo creó todo, el mundo visible y el mundo invisible, que Dios nos creó a su imagen y esto lo hace con sencillez y claridad, lo demás es ropaje literario que revisten esa verdad. Estas verdades se ofrecen generosamente a los creyentes, sin imposiciones, el hombre es libre.

Dios le comunica una verdad al hombre para que la transmita a los demás,  el hombre busca la mejor forma de comunicarla y encuentra en las figuras literarias una buena herramienta, metáforas, imágenes que hacen más comprensible esa verdad.
Manuel es un joven que quiere mucho a su novia, Juanita. Un día quiere mandarle una carta, pero él no sabe escribir. Entonces va donde su amigo José y le dice: “Ayúdame a escribir una carta a mi novia, Juanita. Dile que la quiero mucho, que pienso en ella cada día, que estoy triste por su enfermedad y que la semana que viene iré a visitarla”. José toma un lápiz y va escribiendo todo lo que le ha dicho Manuel, respetando las ideas de Manuel, pero con palabras y estilo propio de José. Cuando termina de escribir, José lee la carta y Manuel está conforme, mancha su dedo con tinta, lo pone sobre la carta. Cuando Juanita recibe la carta y la lee, se emociona muchísimo y la guarda diciendo: “Es la carta de Manuel”. A nadie se le ocurrirá decir que esa carta es de José, aunque haya sido el mismo José quien la escribió materialmente.

Algo así hizo Dios cuando quiso contarnos sus secretos. Nos fue escribiendo “sus cartas”, donde expresa su Amor por los hombres; y lo hizo sirviéndose de unos escribanos, a lo largo del tiempo, los cuales escribieron según su manera de ser, según los conocimientos de su tiempo, según sus capacidades, y su manera de escribir. Pero las ideas y el mensaje es de Dios, no de los escribanos.

Por eso, cuando nosotros leemos la Biblia o la escuchamos proclamar, nos emocionamos, porque la Biblia es la Palabra de Dios.
Podemos decir, entonces, que la Biblia tiene dos autores: el autor principal es el Espíritu Santo, y los autores secundarios son los hombres de quienes Dios se sirvió para escribir cada uno de los 73 libros de la Biblia. Por eso decimos que los libros de la Biblia son “inspirados”.

A la Biblia debe uno acercarse con respeto, con la intención de buscar a Dios, conocerle mejor. Dios ordinariamente no se deja ver de una forma visible, hay que buscarlo con el corazón, con la fe, con humildad, somos sus criaturas. Dios nos quiere, quiere lo mejor para nosotros, pero siempre va a respetar nuestra libertad.

¿QUÉ SUCEDE EN LA REVELACIÓN?

Qué parte de la revelación pertenece directamente a Dios y qué parte al hombre, porque en la revelación interviene Dios y el hombre.

Dios se puede poner en contacto con nosotros de muy distintas maneras, lo puede todo, lo sabe todo, lo comprende todo.

San Pablo en la carta a los Hebreos 1:1 nos dice que Dios ha hablado “muchas veces y de muchas maneras”.

Revelación en sentido teológico significa la manifestación intencional de Dios de Si mismo y de sus planes.

  1. La Naturaleza. Dios ha puesto de manifiesto ciertas verdades sobre sí mismo a través de la naturaleza o el orden creado. Salmo 19:1 dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” La naturaleza le dice a todos acerca de la gloria de Dios y que todo fue hecho por El. Romanos 1:18-21 declara: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Según este texto, la naturaleza revela que Dios existe y que Él es poderoso. Este testimonio es tan poderoso que ninguna persona puede pretender que él o ella no conocen nada acerca de Dios.
  2. La Providencia. Dios se revela a sí mismo a través de Su control momento a momento del mundo. Esto es a menudo denominado “providencia”. La Providencia de Dios puede ser visto en Su misericordiosa dádiva del sol y la lluvia a todo el mundo (Mateo 5:45), su provisión de alimentos, de la lluvia, y la alegría para la gente (Hechos 14:15-17), y su instalación y destitución de los gobernantes del mundo (Daniel 2:21). La Providencia es uno de las maneras «tranquilas» en que Dios se manifiesta a Sí mismo. Pero al ver la historia podemos ver la mano de Dios si nos tomamos el tiempo de notarlo. La supervivencia de la nación de Israel es un ejemplo de la providencia de Dios en acción.
  3. La Conciencia. Dios se ha revelado a Sí mismo a cada uno mediante un sentido interno de lo correcto y lo incorrecto. Romanos 2:14-15 dice que toda persona tiene la Ley de Dios “escrita en sus corazones.” Esta brújula interna que nos alerta para lo que es el bueno y malo señala al Legislador final que determina el bien y el mal.
  4. Los Sueños. Los sueños fueron a menudo usados por Dios para comunicar información (Gén. 20:3, 31:11-13, 24, 40-41). Dios envió a Jacob a soñar los ángeles subiendo y bajando en la escalera (Gén. 28:10-15). Dios también dio a Nabucodonosor rey de Babilonia un importante sueño sobre los próximos imperios de la historia humana. Daniel interpretó los sueños (ver Dan. 2).
  5. Las Visiones. Dios usó a menudo visiones para comunicar verdades importantes. Isaías tuvo una visión del Señor “sentado en un trono, alto y sublime.” Ezequiel vio diversas visiones (Ezequiel 1:3). El apóstol Juan vio la visión gloriosa final de los últimos tiempos mientras estaba en el exilio en la
    isla de Patmos (véase Apoc. 4-22). Los beneficiarios de las visiones a menudo fueron abrumados por la gloriosa visión que estaban viendo.
  6. Voz Audible. A veces cuando Dios quería dar sus mensajes, lo hizo por Sí mismo haciendo uso de la palabra audible. Cuando Dios quería a Samuel para ser su profeta, simplemente habló en voz alta a Samuel (1 Sam. 3). No, no era lo que Samuel se comió esa noche-era realmente Dios. Cuando Dios quiso que Pedro, Santiago y Juan conocieran que Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios y que deberían escucharle, El simplemente se lo dijo en voz audible (véase Lucas 9:35).
  7. Las Teofanías. Una teofanía es una manifestación de Dios. Dios, por ejemplo, se presentó ante Moisés en la forma de la zarza ardiente (Éxodo 3:2-6). Antes de la encarnación de Cristo, Dios en ocasiones se manifestó a Sí mismo como el Ángel del Señor para comunicar su mensaje divino a la gente (Gen. 16:7-14; Ex. 3:2, 2 Sam. 24:16, Zac. 1:12).
  8. Ángeles. Los Ángeles, en ocasiones, eran enviados especiales de Dios. ¿Recuerda cuando José se preparaba para abandonar a María después de que se enteró que estaba embarazada? Así es. Un ángel le comunicó en sueños a José que María estaba embarazada a través del poder del Espíritu Santo. Los ángeles proclamaron el nacimiento de Jesús (Lucas 2:10-11). Gabriel, en particular, parece ser el ángel mensajero especial de Dios. Él fue el único que transmitió verdades importantes a Daniel (Daniel 9:20-21). También le dijo a María que ella sería la madre terrenal de Jesús (Lucas 1:26-38).
  9. Los Profetas. Los profetas de la Biblia, quienes actuaron bajo la inspiración directa de Dios, fueron el principal medio a través del cual Dios reveló Sus mensajes. Isaías, Ezequiel, Jeremías, Daniel, Joel, Zacarías, y otros desempeñado un importante papel en revelar verdades acerca de Dios y Sus planes en el Antiguo Testamento. Se centraron particularmente sobre en una advertencia a la nación de Israel y se detalla el reino venidero que sería establecido por el Mesías de Dios. Los profetas del Nuevo Testamento desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento de la iglesia (Efesios 2:20). También revelaron las verdades anteriormente sin revelar sobre el “misterio de Cristo” (Efesios 3:5).
  10. Milagros y Eventos Sobrenaturales. Dios utiliza algunas veces los milagros y eventos sobrenaturales para revelarse a Sí mismo. Las diez plagas de Egipto mostraron al Faraón y a los egipcios que el Dios de los hebreos era verdaderamente Dios y que los ‘dioses de Egipto’ no estaban a la altura de El (Éxodo 7-11). Jesús hizo muchos ‘señales milagrosas’ para indicar el camino a El y a su mensaje.
  11. Jesucristo. La forma más grande de revelación tuvo lugar con la persona de Jesucristo. En Heb. 1:1-2 dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 11:1-2). Jesucristo, la principal manifestación de Dios, revela muchas cosas:
  12. Juan 1:1 Él es el “Verbo”, porque Él es la revelación completa del Padre.
  13. Juan 1:18, Él revela cómo es el Padre.
  14. Juan 5:36-37 Él revela la compasión del Padre.
  15. Juan 6:63; 14:10 Él revela que el Padre da vida eterna a través del Hijo.
  16. Mateo 11:27 Él revela quien conocerá al Padre.
  17. La Biblia. La Biblia es la revelación escrita de Dios para la humanidad. Compilada por varios hombres bajo la guía del Espíritu Santo (2 Ped. 1:21), la Biblia es la Palabra de Dios. La mayor parte de lo que sabemos acerca de Dios, incluida la persona y la obra de Jesús, se encuentra en la Biblia. Revela toda la doctrina, reprensión, corrección y orientación que se necesita para la vida piadosa (véase 2 Tim. 3:16-17).

El Espíritu Santo ejerce con los autores sagrados tres acciones:

  • Los ilumina el entendimiento,para que comprendan lo que Dios quería decirles.
  • Les mueve la voluntad,para que escriban todo y sólo lo que Dios quiere.
  • Les cuida para que no se equivoquenen nada de lo concerniente a la salvación.Este hecho de la inspiración nos lleva a hacer unas reflexiones importantes que hay que tener en cuenta a la hora de comprender el mensaje bíblico:a) Dios habla en la Biblia por medio de los hombres, con un lenguaje humano. Así lo dice la Dei Verbum: “Dios habla en la Escritura por medio de hombre y en lenguaje humano” ((DV, 12). Sólo la palabra humana puede dar cuerpo y forma a la palabra divina. La mediación es un requisito absolutamente necesario para que la palabra de Dios llegue a oídos humanos e influya eficazmente en su vida, con eficacia salvífica. ¿Qué es lo que hace posible esta mediación de la revelación divina? La presencia activa, dinámica del Espíritu de Dios en los mediadores. Esta misma fuerza divina actúa sobre los oyentes o lectores, de modo que la palabra humana, al entrar en los oídos y en el corazón de los hombres, sufra, bajo la acción del Espíritu, el desnudamiento del lenguaje humano y llegue a la intimidad del alma como Palabra de Dios. Ahora se entiende por qué el mensaje de Dios ha sido escrito con la mentalidad y cultura de cada tiempo y de cada lugar. Este lenguaje, de un país y de un tiempo tan antiguo, es lejano a nosotros en un primer momento, y exige una preparación adecuada para poderlo entender aquí y ahora, para nosotros. Por eso, la Iglesia invita a los cristianos a desconfiar de una interpretación individual 10 y a atenerse a la interpretación de la misma Iglesia, a quien ha sido confiada la verdad de la Palabra de Dios 11 .b) La mayor parte de los autores que escribieron el Antiguo Testamento son desconocidos. Cosa muy comprensible dado que, antiguamente, especialmente entre los pueblos orientales, no tenían el sentido de propiedad que tenemos hoy. Nosotros componemos una poesía o un libro y lo primero que aparece es el autor. En cambio, los antepasados, no. Los escritos, más que al individuo, pertenecían a la comunidad y no ponían por lo general su firma. Consecuencias de la Inspiracióna) La primera es la Revelación: es decir, que Dios se abre, se revela, se manifiesta a cuantos abren la Biblia y la leen con fe.b) Otro efecto es la Unidad de toda la Biblia: aunque haya sido escrita en un largo tiempo, y por diversos autores sagrados, es producto de la sabiduría de Dios, un solo autor, que quiere revelar al hombre un mensaje central: “El misterio de Dios, preparado en el pueblo de Israel y manifestado en Cristo Jesús”.  La analogía de la fe. Toda la escritura está orientada hacia Jesucristo, nuestro Salvador.c) Sacramentalidad de la Biblia: es decir, la Biblia es un signo visible de Dios y ofrece la oportunidad de encontrarse con Dios en Cristo.d) Inerrancia de la Biblia, es decir, la ausencia de todo error. Esto conlleva dos verdades: que siendo toda la Biblia inspirada por Dios, toda su doctrina es Palabra de Dios y en ella no puede haber error o falsedad en lo concerniente a la salvación; que entre la Biblia y las ciencias naturales no puede haber oposición, porque tienen al mismo Dios como autor y creador. La ciencia tiene su campo, la materia, la experimentación, la Biblia habla sobre Dios, sobre nuestro destino eterno, lo que debemos hacer para salvarnos.No olvidemos que la Biblia no es un libro donde se pueda buscar y encontrar datos de la historia o geografía, o datos científicos del origen del Universo. Al autor sagrado no le interesa la verdad histórica o geográfica, sino una enseñanza religiosa sobre el sentido de la vida humana, en relación con Dios, a fin de que el hombre llegue a la salvación.Estos son los principios fundamentales  de la verdad bíblica:a) El objeto formal de la verdad bíblica es la salvación del hombre, y no tanto el hecho histórico.b) Para acceder a la verdad bíblica es indispensable el conocimiento y el buen uso de los géneros literarios.c) La verdad bíblica es históricamente progresiva y tiene su culminación y plenitud en Jesucristo, camino, verdad y vida. Dios desvela su designio, su doctrina como lo hace un padre con su hijo, poco a poco. Dios sigue una pedagogía. Cada siglo nos da una nueva luz que se proyecta sobre las verdades escondidas desde toda la eternidad. La verdad de la Escritura es por tanto fruto de la totalidad de los textos sagrados.

    3. ¿Qué es la Revelación? 

    Es la manifestación por la que Dios hace conocer a los hombres verdades que por sí mismos serían incapaces de conocer. Literalmente revelación quiere decir, quitar el velo que oculta algo. Entre estas verdades está la verdad profunda de la Creación, la verdad de la Santísima Trinidad, las relaciones entre Dios y el hombre a través de la gracia que nos capacita para hablar con Dios y entrar en diálogo amoroso con Él, Dios como Padre lleno de misericordia, el destino del hombre a unirse a Dios en el cielo, las postrimerías o novísimos.

    Dios se ha revelado, ha hablado para que lo conozcamos. Y el único motivo ha sido el amor a nosotros, el querer compartir con nosotros su vida divina y trinitaria.

    Si la Revelación es la manifestación de Dios mismo y de su amor, nosotros, los hombres, no podemos quedar indiferentes; hemos de acoger a Dios, recibirlo, abrirle las puertas de nuestro corazón, corresponder a su amor. Como expresa san Agustín: “Para que, escuchando, crea, y creyendo espere, y esperando ame”. Sólo conociendo y creyendo en la Sagrada Escritura como Revelación divina, tendrá nuestra lectura bíblica un verdadero sentido y sólo así podremos escuchar con fe el mensaje que hoy Dios nos quiere decir a cada uno de nosotros.

    Cuando esa manifestación de Dios se pone por escrito, tenemos la inspiración. En resumen, inspiración es la acción divina sobre la mente y la voluntad de unos hombres para que fijen en libros esa Revelación de Dios, transmitida de boca en boca. El concilio Vaticano II lo dice bellamente así: “La revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. La santa Madre Iglesia, fiel a la fe de los apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia” (Dei Verbum, 11).

    La Revelación tiene su plenitud en Jesucristo, el Hijo de Dios, hecho hombre que nos ha comunicado toda la verdad. Ya no habrá más revelaciones. Con Cristo se cerró la revelación. Él es la última palabra del Padre.

 CONCLUSIÓN

Por todo lo dicho concluimos: la Iglesia siempre ha afirmado que la Biblia no es un libro meramente humano, sino que hay en ella un valor superior, por estar inspirada por Dios, y así lo ha declarado en cuatro grandes concilios: Florentino, Tridentino, Vaticano I y II. Por tanto, es una verdad de fe revelada, que hay que creer.

Resumamos el significado de revelación :

  • ¿Qué es? La Revelación es la manifestación de Dios mismo, de su intimidad.
  • ¿Cómo se revela? Con palabras y hechos progresivos.
  • ¿Por qué se revela? Por amor.
  • ¿A quién se revela? Al hombre. Primero, al pueblo de Israel y después a todos.
  • ¿Para qué se revela? Para invitarnos y recibirnos en su compañía, ofreciéndonos la salvación.
  • ¿A través de quienes se revela? A través de los autores sagrados, a quienes les inspiró que escribiesen su mensaje de salvación. Ahora bien, la palabra divina pasa por la palabra humana, pero no se identifica con ella, como la gracia pasa por los sacramentos. En ella pone Dios su morada y desde ella dialoga y entabla el encuentro de salvación con los hombres. En su mensaje, revelado en la Biblia, no hay ningún error concerniente a nuestra salvación, aunque haya imprecisiones de carácter histórico o científico, pues los autores sagrados no eran historiadores, ni querían hacer historia en el sentido del positivismo moderno. La inspiración ha sido concedida al autor humano en vista de un determinado mensaje que ha de comunicar en orden a la salvación del hombre.Nuestra respuesta a la revelación de Dios es la fe. Para que el hombre se haga partícipe de los bienes divinos, que superan totalmente la inteligencia humana, debe escuchar para creer, para que creyendo espere, esperando ame y amando viva, y llegue a la salvación eterna, y así gozar de la presencia de Dios.

De todo lo dicho se deduce que hay claramente dos locutores, Dios y el hombre, con su libertad. Dios le habla y el hombre escucha atentamente, porque lo que le está diciendo Dios debe manifestarlo a los hombres para enseñarles el camino de la Salvación.

Vamos un momento al  GÉNESIS, el primer libro de la BIBLIA, libro precioso, lleno de imágenes literarias y con grandes enseñanzas para el hombre. Por otra parte difícil para el autor sagrado porque estas verdades no son fáciles de transmitir.  En este libro Dios nos revela muchas verdades:

  • Dios es el creador de todo lo visible, materia, invisible, el espíritu.
  • Dios es el creador de la vida.
  • En en Gn. 1, 24 leemos: Produzca  la  tierra seres vivientes según su especie: ganados, sierpes y alimañas según su especie. Y vio Dios que estaba bien.
  • Respecto de la creación de toda la materia, del mundo, sobre todo de la creación del hombre, el autor sagrado nos quiere presentar estas verdades de forma comprensible, así busca imágenes literarias, leguaje metafórico, porque el lenguaje tiene la propiedad de expresar lo inexpresable, lo que no podemos ver, ni comprender.

Dios revela al hombre una verdad, el hombre atento a la voz de Dios la acepta, la cree con su mente y la acoge en su corazón  Esa verdad tiene unos destinatarios que son los hombres a quienes se dirige esa verdad y al hombre le corresponde transmitirla fielmente esa verdad a los hombres.

Una misma verdad, se puede transmitir de muchas maneras, de diversas formas, esa verdad se transmite por medio del lenguaje, bien sea en galego, en castellano, en Portugués, en Fancés o en Inglés. La verdad es la misma, el lenguaje es distinto. Se puede transmitir en un lenguaje directo, o en un lenguaje lleno de figuras literarias, como sucede en el Génesis. El lenguaje es el ropaje que reviste la verdad revelada por Dios y Dios vela para que esa verdad sea transmitida de forma que no haya lugar a error. Por eso los autores sagrados ordinariamente hablan pensando en el pueblo de su tiempo, en el lenguaje que ellos entienden.

Así cuando la Biblia nos dice que Dios creó al mundo en seis días, significa un periodo de tiempo, miles de millones de años, el autor sagrado tampoco sabía lo que era un átomo, ni tampoco pretendía decirnos cómo se formó el universo, lo que le importaba era enseñar al pueblo que Dios es Creador de todo. No le podemos exigir a la Biblia que nos enseñe ciencia. Hoy la ciencia nos dice que el mundo comenzó en el tiempo hace 13.700.000.000 de años, con una margen de error de un 20%. La ciencia nos dice que la vida comenzó en el tiempo, pero tampoco sabe, ni dónde comenzó, ni cuándo, tampoco se sabe cómo comenzó. La ciencia lleva dos cientos años intentando formar una célula y a pesar de todos los adelantos estamos como el primer día. No obstante un hombre adulto tiene aproximadamente  un billón de células.

Cuando te acerques a la Biblia busca a Dios en tu corazón y lo encontrarás.

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SANTA MARÍA

  Dios quiso compartir su vida con nosotros, nos lo dice la fe. Dios se hizo semejante a nosotros menos en el pecado. Esto supera nuestra capacidad, pero es la realidad Dios se hizo hombre para que el hombre pudiese compartir la felicidad de Dios.

«Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su único Hijo»

Y para hacerse hombre necesitó de una Madre, Santa María, que también es nuestra Madre.

Para hacerse hombre necesitaba el consentimiento de Santa María, de esta misión se encarga el Arcángel San Gabriel:

El ángel Gabriel hablándole a María

El evangelista San Lucas nos ofrece el saludo del Arcángel: » Dios te salva, llena de gracia, el Señor es contigo». Santa María se queda callada, se turba ¿qué significan estas palabras?  Tiene el Arcángel que tranquilizarla: no temas María, has hallado gracia a los ojos de Dios. Una vez tranquila el Arcángel continúa: «concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será  llamado Hijo del Altísimo.  Santa María no entiende nada, ella había consagrado a Dios su virginidad, su corazón se lo había entregado a Dios, Dios lo era todo para Santa María, quería ser toda  para Dios, por eso consagró su virginidad, por eso es la Madre y modelo de todas las religiosas y religiosos, que se consagran a Dios. Una vez que se recupera del susto y reconoce que el Arcángel es un enviado de Dios, le pregunta cómo había de suceder esto, porque yo no voy a pertenecer a ningún hombre y el Arcángel se lo explica: Sólo después de reconocer que el mismo Dios había enviado al Arcángel San Gabriel, le pregunta Santa María ¿Cómo va a suceder esto? dice el Arcángel : «El Espíritu Santo vendrá sobre tí, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso el Hijo de Dios engendrado será santo, se llamará Hijo de Dios». Isabel, tu parienta, también ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el mes sexto de la que llamaban estéril, porque nada hay imposible para Dios, entonces acepta con una frase que engrandece a Santa María y a nosotros nos llena de alegría y esperanza: Hágase en mí según tu palabra. 

Este encuentro con el Arcángel quedó grabado en la mente de Santa María, desde ese momento va vivir únicamente para servir a su Hijo, el Hijo de Dios, le acompañará hasta el Calvario y su Hijo al verla que quedaba desamparada, se la encomienda a San Juan, «ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu Madre». En San Juan estamos todos representados, por eso podemos afirmar que Santa María es también nuestra Madre, cooperó en la obra de la redención, también nosotros podemos y debemos colaborar, como nos dice San Pablo: cumplo en mi cuerpo lo que falta a la pasión de Cristo.

Podemos estar orgullosos de tener, además de nuestra madre de la tierra, una madre que nos ve y nos protege desde el cielo. Quiere que todos estemos con ella en el cielo, es nuestra Madre. Porque es nuestra Madre se dice que ninguno de los que acuden a ella, quedan desamparados,  Dios no le niega nada, tampoco ella le negó nada a Dios. Cuando no encontramos solución a nuestros problemas, nos queda el acudir a Santa María.

Santa María ha sido honrada y venerada como Madre de Dios y madre nuestra, desde los albores del cristianismo.

En las catacumbas se encuentran restos arqueológicos, que demuestran el culto y la veneración, que los primeros cristianos tuvieron por Santa María. Así encontramos pinturas marianas en las catacumbas de Santa Priscila, San Pedro y San Marcelino.

San Ambrosio nos dice que Santa María es templo de Dios y nos es el Dios del templo.

Llevemos en nuestro corazón siempre a Santa María, confiemos en ella, recemos el Rosario y nunca nos acostemos sin saludarla, buenas noches, Madre, hasta mañana.

Acuérdate, Madre, que tenemos muchos problemas, no nos abandones, que siempre te tengamos en nuestro corazón.

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                                                      VIDA SIN DIOS

Vivimos en una sociedad en donde Dios, en algunos sectores, incluso cristianos, ya no se tiene en cuenta. Se intenta desplazar a Dios de nuestra cultura, de la vida de sociedad. Se vive como si Dios no existiera. Si no tomamos en serio esta realidad nuestra cultura cristiana formada durante siglos, será cambiada por una cultura pagana.

El hombre es, además de materia, espíritu por eso aspira a la trascendencia, por eso las cosas materiales no le llenan, Salomón fue probablemente el más sabio y el más rico y dice: Todas las riquezas, sin Dios, es vanidad, no llenan el corazón del hombre.

Tampoco la ciencia y la técnica, que proporcionan a la sociedad un gran bien, le solucionan muchos problemas, no pueden llenar su aspiración de felicidad, de seguridad. Ni le quitan sus miedos. Llega un momento en que el hombre se encuentra con la realidad que su vida llega a su fin ¿Qué puede hacer la ciencia y la técnica? Únicamente alargar su vida vegetativa por unos días, los sufrimientos de la familia. Sólo Dios, en ese momento, nos puede dar su mano y darnos la salvación, la vida eterna.

El ansia ilimitada de poseer y tener, en sus diversas formas, llega el momento en donde se encuentra el hombre con sus limitaciones y su desnudez, sólo ante su destino.

Organizar el mundo sin Dios nos lleva a organizarlo contra el hombre, el humanismo sin Dios se convierte en un humanismo inhumano.

Sólo Dios nos puede dar seguridad, paz, alegría de vivir, y llenar el corazón de su amor y de felicidad. El saber que Dios lo puede todo, la sabe todo, nos quiere con un amor infinito, es muy gratificante. Si le somos fieles llenará nuestras ansias de felicidad, por toda una eternidad.

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CATECISMO DE LA PARROQUIA DE SANTA BAYA DE RIBADUMIA CON SU PÁRROCO, DON DOSITEO BALIÑAS FERNÁNDEZ Y LAS CATEQUISTAS.

Dios quiere que le dejemos un sitio en nuestro corazón, mejor es dejar todo el corazón para Dios, amarle con todo nuestro corazón por todo lo que hizo y sigue haciendo por nosotros, ponernos a su disposición y preguntarle ¿Qué quieres de mí?  si tenemos esta actitud en la vida, Dios que no se deja ganar en generosidad, nos hará muy felices.

La vida espiritual en nosotros debe crecer. Crecemos en el cuerpo, en lo humano, como personas, procuramos formarnos, de igual forma o con mayor interés debemos procurar nuestro crecimiento en la fe y en la oración. La fe y la oración mutuamente se complementan y se necesitan.

Amar a Dios y amar a los hermanos debe ser nuestro objetivo  en la vida.

Gracias, Padre Carreira.

 

 

SÍNODO Y RENOVACIÓN DE LA IGLESIA, CONVERSIÓN

Dios, por ser Padre, no se cansa de demostrarnos su amor, su generosidad es infinita hacia nosotros. El Sínodo de nuestra Diócesis, Santiago de Compostela, es una prueba más de su bondad hacia nosotros. Dios  quiere estar junto a su pueblo, protegerle, de nosotros depende. Si le abrimos el corazón Dios entra en nuestra vida, nos llenará de su gracia y se irán implantando en nuestra vida los ojos de Dios.

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