LA BIBLIA ES PALABRA DE DIOS

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INTRODUCCIÓN

San Pablo nos dice en 2 Tim.  3,16: Toda Escritura es divinamente inspirada.

 El Concilia Vaticano II en la Dei Verbum 11: “La Iglesia reconoce que todos los libros de la Biblia, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales han sido confiados a la Iglesia” 

El Creador sale al encuentro de los hombre con infinito amor, pero lo hace de modo progresivo, revelándose primero a Moisés, después a los profetas y finalmente por su Hijo y los Apóstoles.

A la Biblia hay que acercarse con fe, veneración y con el deseo de encarnar el mensaje de Dios en nuestra propia vida, lo más importante en nuestra vida es el aspecto espiritual. Nuestro Dios es un Dios cercano, que nos quiere, nos guía y nos protege. Como dice el Papa Francisco, Dios siempre nos está esperando, siempre la iniciativa parte de Dios, porque Él quiere nuestra salvación. En la Biblia tenemos todo  lo que el hombre necesita saber para salvarse. Por lo que tenemos que decir que la Biblia nos enseña el camino que nos lleva a Dios, en donde está la fuente de la felicidad. No es objeto de la Biblia enseñar ciencia, por eso se equivoca aquel que busca en la Biblia ciencia, el autor sagrado recibe el mensaje de Dios y luego lo expresa de la mejor forma posible.

Para transmitirnos la verdad que nos lleva a Dios, se vale de personas, de Moisés, de los profetas, de Jesucristo, de los apóstoles, de la Iglesia, continuadora de la obra de nuestra salvación que generosamente nos concede Jesucristo, fuimos comprados por sus sufrimientos como nos dice San Pablo. Esta salvación se realiza ahora en el tiempo por medio de la Iglesia, continuadora de la obra de Jesucristo.

TODOS LOS LIBROS DE LA SAGRADA ESCRITURA FUERON ESCRITOS BAJO EL INFLUJO Y ASISTENCIA DEL ESPÍRITU SANTO. POR ESO AFIRMAMOS QUE LA BIBLIA ES PALABRA DE DIOS.

En la Revelación interviene Dios y el hombre, Dios habla y el hombre escucha. Dios le manifiesta una verdad para que la exponga, la manifieste a los hombres, con el objeto de que conozcan el plan de Dios. En la transmisión de esa verdad también el hombre tiene un papel importante, tiene que buscar la manera de que los hombres la entiendan, en   lo posible, la acepten con su mente y con su corazón. A estos escritores le llamamos autores sagrados, porque Dios vela para que el hombre no se equivoque en la transmisión de esa verdad. La forma de transmitir esa verdad corresponde al hombre.

Dios habla en la Biblia por medio de los hombres, con un lenguaje humano. Así lo dice la Dei Verbum: “Dios habla en la Escritura por medio de hombre y en lenguaje humano” ((DV, 12). Sólo la palabra humana puede dar cuerpo y forma a la palabra divina. La mediación es un requisito absolutamente necesario para que la palabra de Dios llegue a oídos humanos e influya eficazmente en su vida, con eficacia salvífica. ¿Qué es lo que hace posible esta mediación de la revelación divina? La presencia activa, dinámica del Espíritu de Dios en los mediadores. Esta misma fuerza divina actúa sobre los oyentes o lectores, de modo que la palabra humana, al entrar en los oídos y en el corazón de los hombres, sufra, bajo la acción del Espíritu, el desnudamiento del lenguaje humano y llegue a la intimidad del alma como Palabra de Dios. Ahora se entiende por qué el mensaje de Dios ha sido escrito con la mentalidad y cultura de cada tiempo y de cada lugar. Este lenguaje, de un país y de un tiempo tan antiguo, es lejano a nosotros en un primer momento, y exige una preparación adecuada para poderlo entender aquí y ahora, para nosotros. Por eso, la Iglesia invita a los cristianos a desconfiar de una interpretación individual 10 y a atenerse a la interpretación de la misma Iglesia, a quien ha sido confiada la verdad de la Palabra de Dios 11 .

Hoy la ciencia nos dice que el mundo no es eterno, que empezó en el tiempo, hace 13.700.000.000 de años aproximadamente. Antes de ese tiempo no existía la materia, por lo tanto no existía el tiempo, ni el espacio. La Biiblia nos dice que Dios creó el muncdo, eso es lo importante ¿Cómo lo creó? Desde luego  con su poder infinito, cómo se formó nunca lo podremos saber. Tampoco la ciencia puede explicar el misterio de la materia, del espíritu,  sin la intervención de un Ser sapientísimo. Puede calcular el tiempo aproximado del comienzo de la materia, pero no puede explicar este hecho sin acudir a la creación, que es lo que nos enseña la Biblia. ¿Cómo empezó la vida? Tampoco lo pueden explicar. Llevan 200 años intentando formar una célula y están como el primer día. Para los creyentes el objeto de la Biblia no es enseñar ciencia, su  finalidad es  enseñarnos el camino para salvarnos, la voluntad de Dios, En el Génesis que habla en un lenguaje metafórico nos enseña con claridad algunas verdades, entre ellas que Dios lo creó todo, el mundo visible y el mundo invisible, que Dios nos creó a su imagen y esto lo hace con sencillez y claridad, lo demás es ropaje literario que revisten esa verdad. Estas verdades se ofrecen generosamente a los creyentes, sin imposiciones, el hombre es libre.

Dios le comunica una verdad al hombre para que la transmita a los demás,  el hombre busca la mejor forma de comunicarla y encuentra en las figuras literarias una buena herramienta, metáforas, imágenes que hacen más comprensible esa verdad.
Manuel es un joven que quiere mucho a su novia, Juanita. Un día quiere mandarle una carta, pero él no sabe escribir. Entonces va donde su amigo José y le dice: “Ayúdame a escribir una carta a mi novia, Juanita. Dile que la quiero mucho, que pienso en ella cada día, que estoy triste por su enfermedad y que la semana que viene iré a visitarla”. José toma un lápiz y va escribiendo todo lo que le ha dicho Manuel, respetando las ideas de Manuel, pero con palabras y estilo propio de José. Cuando termina de escribir, José lee la carta y Manuel está conforme, mancha su dedo con tinta, lo pone sobre la carta. Cuando Juanita recibe la carta y la lee, se emociona muchísimo y la guarda diciendo: “Es la carta de Manuel”. A nadie se le ocurrirá decir que esa carta es de José, aunque haya sido el mismo José quien la escribió materialmente.

Algo así hizo Dios cuando quiso contarnos sus secretos. Nos fue escribiendo “sus cartas”, donde expresa su Amor por los hombres; y lo hizo sirviéndose de unos escribanos, a lo largo del tiempo, los cuales escribieron según su manera de ser, según los conocimientos de su tiempo, según sus capacidades, y su manera de escribir. Pero las ideas y el mensaje es de Dios, no de los escribanos.

Por eso, cuando nosotros leemos la Biblia o la escuchamos proclamar, nos emocionamos, porque la Biblia es la Palabra de Dios.
Podemos decir, entonces, que la Biblia tiene dos autores: el autor principal es el Espíritu Santo, y los autores secundarios son los hombres de quienes Dios se sirvió para escribir cada uno de los 73 libros de la Biblia. Por eso decimos que los libros de la Biblia son “inspirados”.

A la Biblia debe uno acercarse con respeto, con la intención de buscar a Dios, conocerle mejor. Dios ordinariamente no se deja ver de una forma visible, hay que buscarlo con el corazón, con la fe, con humildad, somos sus criaturas. Dios nos quiere, quiere lo mejor para nosotros, pero siempre va a respetar nuestra libertad.

¿QUÉ SUCEDE EN LA REVELACIÓN?

Qué parte de la revelación pertenece directamente a Dios y qué parte al hombre, porque en la revelación interviene Dios y el hombre.

Dios se puede poner en contacto con nosotros de muy distintas maneras, lo puede todo, lo sabe todo, lo comprende todo.

San Pablo en la carta a los Hebreos 1:1 nos dice que Dios ha hablado “muchas veces y de muchas maneras”.

Revelación en sentido teológico significa la manifestación intencional de Dios de Si mismo y de sus planes.

  1. La Naturaleza. Dios ha puesto de manifiesto ciertas verdades sobre sí mismo a través de la naturaleza o el orden creado. Salmo 19:1 dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” La naturaleza le dice a todos acerca de la gloria de Dios y que todo fue hecho por El. Romanos 1:18-21 declara: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Según este texto, la naturaleza revela que Dios existe y que Él es poderoso. Este testimonio es tan poderoso que ninguna persona puede pretender que él o ella no conocen nada acerca de Dios.
  2. La Providencia. Dios se revela a sí mismo a través de Su control momento a momento del mundo. Esto es a menudo denominado “providencia”. La Providencia de Dios puede ser visto en Su misericordiosa dádiva del sol y la lluvia a todo el mundo (Mateo 5:45), su provisión de alimentos, de la lluvia, y la alegría para la gente (Hechos 14:15-17), y su instalación y destitución de los gobernantes del mundo (Daniel 2:21). La Providencia es uno de las maneras «tranquilas» en que Dios se manifiesta a Sí mismo. Pero al ver la historia podemos ver la mano de Dios si nos tomamos el tiempo de notarlo. La supervivencia de la nación de Israel es un ejemplo de la providencia de Dios en acción.
  3. La Conciencia. Dios se ha revelado a Sí mismo a cada uno mediante un sentido interno de lo correcto y lo incorrecto. Romanos 2:14-15 dice que toda persona tiene la Ley de Dios “escrita en sus corazones.” Esta brújula interna que nos alerta para lo que es el bueno y malo señala al Legislador final que determina el bien y el mal.
  4. Los Sueños. Los sueños fueron a menudo usados por Dios para comunicar información (Gén. 20:3, 31:11-13, 24, 40-41). Dios envió a Jacob a soñar los ángeles subiendo y bajando en la escalera (Gén. 28:10-15). Dios también dio a Nabucodonosor rey de Babilonia un importante sueño sobre los próximos imperios de la historia humana. Daniel interpretó los sueños (ver Dan. 2).
  5. Las Visiones. Dios usó a menudo visiones para comunicar verdades importantes. Isaías tuvo una visión del Señor “sentado en un trono, alto y sublime.” Ezequiel vio diversas visiones (Ezequiel 1:3). El apóstol Juan vio la visión gloriosa final de los últimos tiempos mientras estaba en el exilio en la
    isla de Patmos (véase Apoc. 4-22). Los beneficiarios de las visiones a menudo fueron abrumados por la gloriosa visión que estaban viendo.
  6. Voz Audible. A veces cuando Dios quería dar sus mensajes, lo hizo por Sí mismo haciendo uso de la palabra audible. Cuando Dios quería a Samuel para ser su profeta, simplemente habló en voz alta a Samuel (1 Sam. 3). No, no era lo que Samuel se comió esa noche-era realmente Dios. Cuando Dios quiso que Pedro, Santiago y Juan conocieran que Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios y que deberían escucharle, El simplemente se lo dijo en voz audible (véase Lucas 9:35).
  7. Las Teofanías. Una teofanía es una manifestación de Dios. Dios, por ejemplo, se presentó ante Moisés en la forma de la zarza ardiente (Éxodo 3:2-6). Antes de la encarnación de Cristo, Dios en ocasiones se manifestó a Sí mismo como el Ángel del Señor para comunicar su mensaje divino a la gente (Gen. 16:7-14; Ex. 3:2, 2 Sam. 24:16, Zac. 1:12).
  8. Ángeles. Los Ángeles, en ocasiones, eran enviados especiales de Dios. ¿Recuerda cuando José se preparaba para abandonar a María después de que se enteró que estaba embarazada? Así es. Un ángel le comunicó en sueños a José que María estaba embarazada a través del poder del Espíritu Santo. Los ángeles proclamaron el nacimiento de Jesús (Lucas 2:10-11). Gabriel, en particular, parece ser el ángel mensajero especial de Dios. Él fue el único que transmitió verdades importantes a Daniel (Daniel 9:20-21). También le dijo a María que ella sería la madre terrenal de Jesús (Lucas 1:26-38).
  9. Los Profetas. Los profetas de la Biblia, quienes actuaron bajo la inspiración directa de Dios, fueron el principal medio a través del cual Dios reveló Sus mensajes. Isaías, Ezequiel, Jeremías, Daniel, Joel, Zacarías, y otros desempeñado un importante papel en revelar verdades acerca de Dios y Sus planes en el Antiguo Testamento. Se centraron particularmente sobre en una advertencia a la nación de Israel y se detalla el reino venidero que sería establecido por el Mesías de Dios. Los profetas del Nuevo Testamento desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento de la iglesia (Efesios 2:20). También revelaron las verdades anteriormente sin revelar sobre el “misterio de Cristo” (Efesios 3:5).
  10. Milagros y Eventos Sobrenaturales. Dios utiliza algunas veces los milagros y eventos sobrenaturales para revelarse a Sí mismo. Las diez plagas de Egipto mostraron al Faraón y a los egipcios que el Dios de los hebreos era verdaderamente Dios y que los ‘dioses de Egipto’ no estaban a la altura de El (Éxodo 7-11). Jesús hizo muchos ‘señales milagrosas’ para indicar el camino a El y a su mensaje.
  11. Jesucristo. La forma más grande de revelación tuvo lugar con la persona de Jesucristo. En Heb. 1:1-2 dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 11:1-2). Jesucristo, la principal manifestación de Dios, revela muchas cosas:
  12. Juan 1:1 Él es el “Verbo”, porque Él es la revelación completa del Padre.
  13. Juan 1:18, Él revela cómo es el Padre.
  14. Juan 5:36-37 Él revela la compasión del Padre.
  15. Juan 6:63; 14:10 Él revela que el Padre da vida eterna a través del Hijo.
  16. Mateo 11:27 Él revela quien conocerá al Padre.
  17. La Biblia. La Biblia es la revelación escrita de Dios para la humanidad. Compilada por varios hombres bajo la guía del Espíritu Santo (2 Ped. 1:21), la Biblia es la Palabra de Dios. La mayor parte de lo que sabemos acerca de Dios, incluida la persona y la obra de Jesús, se encuentra en la Biblia. Revela toda la doctrina, reprensión, corrección y orientación que se necesita para la vida piadosa (véase 2 Tim. 3:16-17).

El Espíritu Santo ejerce con los autores sagrados tres acciones:

  • Los ilumina el entendimiento,para que comprendan lo que Dios quería decirles.
  • Les mueve la voluntad,para que escriban todo y sólo lo que Dios quiere.
  • Les cuida para que no se equivoquenen nada de lo concerniente a la salvación.Este hecho de la inspiración nos lleva a hacer unas reflexiones importantes que hay que tener en cuenta a la hora de comprender el mensaje bíblico:a) Dios habla en la Biblia por medio de los hombres, con un lenguaje humano. Así lo dice la Dei Verbum: “Dios habla en la Escritura por medio de hombre y en lenguaje humano” ((DV, 12). Sólo la palabra humana puede dar cuerpo y forma a la palabra divina. La mediación es un requisito absolutamente necesario para que la palabra de Dios llegue a oídos humanos e influya eficazmente en su vida, con eficacia salvífica. ¿Qué es lo que hace posible esta mediación de la revelación divina? La presencia activa, dinámica del Espíritu de Dios en los mediadores. Esta misma fuerza divina actúa sobre los oyentes o lectores, de modo que la palabra humana, al entrar en los oídos y en el corazón de los hombres, sufra, bajo la acción del Espíritu, el desnudamiento del lenguaje humano y llegue a la intimidad del alma como Palabra de Dios. Ahora se entiende por qué el mensaje de Dios ha sido escrito con la mentalidad y cultura de cada tiempo y de cada lugar. Este lenguaje, de un país y de un tiempo tan antiguo, es lejano a nosotros en un primer momento, y exige una preparación adecuada para poderlo entender aquí y ahora, para nosotros. Por eso, la Iglesia invita a los cristianos a desconfiar de una interpretación individual 10 y a atenerse a la interpretación de la misma Iglesia, a quien ha sido confiada la verdad de la Palabra de Dios 11 .b) La mayor parte de los autores que escribieron el Antiguo Testamento son desconocidos. Cosa muy comprensible dado que, antiguamente, especialmente entre los pueblos orientales, no tenían el sentido de propiedad que tenemos hoy. Nosotros componemos una poesía o un libro y lo primero que aparece es el autor. En cambio, los antepasados, no. Los escritos, más que al individuo, pertenecían a la comunidad y no ponían por lo general su firma. Consecuencias de la Inspiracióna) La primera es la Revelación: es decir, que Dios se abre, se revela, se manifiesta a cuantos abren la Biblia y la leen con fe.b) Otro efecto es la Unidad de toda la Biblia: aunque haya sido escrita en un largo tiempo, y por diversos autores sagrados, es producto de la sabiduría de Dios, un solo autor, que quiere revelar al hombre un mensaje central: “El misterio de Dios, preparado en el pueblo de Israel y manifestado en Cristo Jesús”.  La analogía de la fe. Toda la escritura está orientada hacia Jesucristo, nuestro Salvador.c) Sacramentalidad de la Biblia: es decir, la Biblia es un signo visible de Dios y ofrece la oportunidad de encontrarse con Dios en Cristo.d) Inerrancia de la Biblia, es decir, la ausencia de todo error. Esto conlleva dos verdades: que siendo toda la Biblia inspirada por Dios, toda su doctrina es Palabra de Dios y en ella no puede haber error o falsedad en lo concerniente a la salvación; que entre la Biblia y las ciencias naturales no puede haber oposición, porque tienen al mismo Dios como autor y creador. La ciencia tiene su campo, la materia, la experimentación, la Biblia habla sobre Dios, sobre nuestro destino eterno, lo que debemos hacer para salvarnos.No olvidemos que la Biblia no es un libro donde se pueda buscar y encontrar datos de la historia o geografía, o datos científicos del origen del Universo. Al autor sagrado no le interesa la verdad histórica o geográfica, sino una enseñanza religiosa sobre el sentido de la vida humana, en relación con Dios, a fin de que el hombre llegue a la salvación.Estos son los principios fundamentales  de la verdad bíblica:a) El objeto formal de la verdad bíblica es la salvación del hombre, y no tanto el hecho histórico.b) Para acceder a la verdad bíblica es indispensable el conocimiento y el buen uso de los géneros literarios.c) La verdad bíblica es históricamente progresiva y tiene su culminación y plenitud en Jesucristo, camino, verdad y vida. Dios desvela su designio, su doctrina como lo hace un padre con su hijo, poco a poco. Dios sigue una pedagogía. Cada siglo nos da una nueva luz que se proyecta sobre las verdades escondidas desde toda la eternidad. La verdad de la Escritura es por tanto fruto de la totalidad de los textos sagrados.

    3. ¿Qué es la Revelación? 

    Es la manifestación por la que Dios hace conocer a los hombres verdades que por sí mismos serían incapaces de conocer. Literalmente revelación quiere decir, quitar el velo que oculta algo. Entre estas verdades está la verdad profunda de la Creación, la verdad de la Santísima Trinidad, las relaciones entre Dios y el hombre a través de la gracia que nos capacita para hablar con Dios y entrar en diálogo amoroso con Él, Dios como Padre lleno de misericordia, el destino del hombre a unirse a Dios en el cielo, las postrimerías o novísimos.

    Dios se ha revelado, ha hablado para que lo conozcamos. Y el único motivo ha sido el amor a nosotros, el querer compartir con nosotros su vida divina y trinitaria.

    Si la Revelación es la manifestación de Dios mismo y de su amor, nosotros, los hombres, no podemos quedar indiferentes; hemos de acoger a Dios, recibirlo, abrirle las puertas de nuestro corazón, corresponder a su amor. Como expresa san Agustín: “Para que, escuchando, crea, y creyendo espere, y esperando ame”. Sólo conociendo y creyendo en la Sagrada Escritura como Revelación divina, tendrá nuestra lectura bíblica un verdadero sentido y sólo así podremos escuchar con fe el mensaje que hoy Dios nos quiere decir a cada uno de nosotros.

    Cuando esa manifestación de Dios se pone por escrito, tenemos la inspiración. En resumen, inspiración es la acción divina sobre la mente y la voluntad de unos hombres para que fijen en libros esa Revelación de Dios, transmitida de boca en boca. El concilio Vaticano II lo dice bellamente así: “La revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. La santa Madre Iglesia, fiel a la fe de los apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia” (Dei Verbum, 11).

    La Revelación tiene su plenitud en Jesucristo, el Hijo de Dios, hecho hombre que nos ha comunicado toda la verdad. Ya no habrá más revelaciones. Con Cristo se cerró la revelación. Él es la última palabra del Padre.

 CONCLUSIÓN

Por todo lo dicho concluimos: la Iglesia siempre ha afirmado que la Biblia no es un libro meramente humano, sino que hay en ella un valor superior, por estar inspirada por Dios, y así lo ha declarado en cuatro grandes concilios: Florentino, Tridentino, Vaticano I y II. Por tanto, es una verdad de fe revelada, que hay que creer.

Resumamos el significado de revelación :

  • ¿Qué es? La Revelación es la manifestación de Dios mismo, de su intimidad.
  • ¿Cómo se revela? Con palabras y hechos progresivos.
  • ¿Por qué se revela? Por amor.
  • ¿A quién se revela? Al hombre. Primero, al pueblo de Israel y después a todos.
  • ¿Para qué se revela? Para invitarnos y recibirnos en su compañía, ofreciéndonos la salvación.
  • ¿A través de quienes se revela? A través de los autores sagrados, a quienes les inspiró que escribiesen su mensaje de salvación. Ahora bien, la palabra divina pasa por la palabra humana, pero no se identifica con ella, como la gracia pasa por los sacramentos. En ella pone Dios su morada y desde ella dialoga y entabla el encuentro de salvación con los hombres. En su mensaje, revelado en la Biblia, no hay ningún error concerniente a nuestra salvación, aunque haya imprecisiones de carácter histórico o científico, pues los autores sagrados no eran historiadores, ni querían hacer historia en el sentido del positivismo moderno. La inspiración ha sido concedida al autor humano en vista de un determinado mensaje que ha de comunicar en orden a la salvación del hombre.Nuestra respuesta a la revelación de Dios es la fe. Para que el hombre se haga partícipe de los bienes divinos, que superan totalmente la inteligencia humana, debe escuchar para creer, para que creyendo espere, esperando ame y amando viva, y llegue a la salvación eterna, y así gozar de la presencia de Dios.

De todo lo dicho se deduce que hay claramente dos locutores, Dios y el hombre, con su libertad. Dios le habla y el hombre escucha atentamente, porque lo que le está diciendo Dios debe manifestarlo a los hombres para enseñarles el camino de la Salvación.

Vamos un momento al  GÉNESIS, el primer libro de la BIBLIA, libro precioso, lleno de imágenes literarias y con grandes enseñanzas para el hombre. Por otra parte difícil para el autor sagrado porque estas verdades no son fáciles de transmitir.  En este libro Dios nos revela muchas verdades:

  • Dios es el creador de todo lo visible, materia, invisible, el espíritu.
  • Dios es el creador de la vida.
  • En en Gn. 1, 24 leemos: Produzca  la  tierra seres vivientes según su especie: ganados, sierpes y alimañas según su especie. Y vio Dios que estaba bien.
  • Respecto de la creación de toda la materia, del mundo, sobre todo de la creación del hombre, el autor sagrado nos quiere presentar estas verdades de forma comprensible, así busca imágenes literarias, leguaje metafórico, porque el lenguaje tiene la propiedad de expresar lo inexpresable, lo que no podemos ver, ni comprender.

Dios revela al hombre una verdad, el hombre atento a la voz de Dios la acepta, la cree con su mente y la acoge en su corazón  Esa verdad tiene unos destinatarios que son los hombres a quienes se dirige esa verdad y al hombre le corresponde transmitirla fielmente esa verdad a los hombres.

Una misma verdad, se puede transmitir de muchas maneras, de diversas formas, esa verdad se transmite por medio del lenguaje, bien sea en galego, en castellano, en Portugués, en Fancés o en Inglés. La verdad es la misma, el lenguaje es distinto. Se puede transmitir en un lenguaje directo, o en un lenguaje lleno de figuras literarias, como sucede en el Génesis. El lenguaje es el ropaje que reviste la verdad revelada por Dios y Dios vela para que esa verdad sea transmitida de forma que no haya lugar a error. Por eso los autores sagrados ordinariamente hablan pensando en el pueblo de su tiempo, en el lenguaje que ellos entienden.

Así cuando la Biblia nos dice que Dios creó al mundo en seis días, significa un periodo de tiempo, miles de millones de años, el autor sagrado tampoco sabía lo que era un átomo, ni tampoco pretendía decirnos cómo se formó el universo, lo que le importaba era enseñar al pueblo que Dios es Creador de todo. No le podemos exigir a la Biblia que nos enseñe ciencia. Hoy la ciencia nos dice que el mundo comenzó en el tiempo hace 13.700.000.000 de años, con una margen de error de un 20%. La ciencia nos dice que la vida comenzó en el tiempo, pero tampoco sabe, ni dónde comenzó, ni cuándo, tampoco se sabe cómo comenzó. La ciencia lleva dos cientos años intentando formar una célula y a pesar de todos los adelantos estamos como el primer día. No obstante un hombre adulto tiene aproximadamente  un billón de células.

Cuando te acerques a la Biblia busca a Dios en tu corazón y lo encontrarás.

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